Estamos en prolegómenos de erupción social. Grecia ya tuvo sus primeros incidentes, de duración inquietante. Irlanda concluyó su luna de miel con los fondos europeos. Alguna forma de descontento se cuece en la Francia de Sarkozy. La imprevisión de los políticos lleva a la desconfianza en el sistema. La palabra es, concretamente, miedo. Extremarlo hasta el pánico y que derive en xenofobia es tarea llevadera para los nuevos populismos, a derecha e izquierda.
El hombre en busca de sentido
Hace 1 día

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