sábado, 7 de marzo de 2009

Una historia ejemplar. José, próspero empresario.

Mes 1, Año 0: José, 46 años, casado y con dos hijos, empleado de una gran empresa de telecomunicaciones, compra un piso por 500.000 euros. Se financia con crédito hipotecario de la entidad bancaria donde tiene sus ahorros. Le dan condiciones ventajosas y hasta un 110% de su valor para que además del piso pueda adquirir un coche.
El director de la sucursal le ofrece un producto sin riesgo (está garantizado por una prestigiosa entidad internacional) con rentabilidad ligada a la evolución de las bolsas mundiales. A cinco años obtendrá el 90% de revalorización de los índices de referencia y en caso de bajada no perderá nada. José manifiesta tener un perfil conservador y el banco concluye que este producto es adecuado. José se siente un privilegiado e invierte la mitad de sus ahorros. El banco recibe un 5% de comisión sobre lo invertido.
Más tarde, José se asocia con un compañero de carrera en una empresa de servicios informáticos con rutilante futuro. Invierte el resto de sus ahorros. Lo celebra con su esposa.
Mes 1, Año 1: Espectacular subida de la bolsa tras la OPA lanzada por un grupo privado español y otro público extranjero sobre una gran empresa eléctrica española. La empresa española tiene el apoyo del gobierno para crear un “campeón energético nacional” y consigue fondos públicos para financiar la operación. A su vez, se asegura sustanciosas plusvalías con un contrato de venta de sus acciones al socio extranjero.
Mes 6, Año 1: La compañía informática en que José invirtió marcha viento en popa, con sustanciosos contratos adjudicados por grandes empresas y diversas administraciones. Emplea ya a 25 personas.
Mes 12, Año 1: José recibe informes más que favorables de su banco sobre el producto que le vendieron. Se ha revalorizado un 40%. Con los ahorros de este año decide hacer un viaje por Europa con su familia.
Mes 12, Año 2: Las noticias del banco son óptimas. Su producto se ha revalorizado otro 20%. El director le propone suscribir más con un crédito avalado por la nueva tasación de su casa que ha subido un 30%. José, eufórico, accede.
Magníficas nuevas de su sociedad. Las ventas se han triplicado y les han concedido líneas de crédito para cubrir los desfases de tesorería originados al cobrar a 6 meses. Quizás repartan dividendos antes de lo previsto.
Mes 3, Año 3: El mercado inmobiliario nacional empieza a mostrar señales preocupantes. Los precios caen levemente y las ventas de modo considerable.
Mes 6, Año3: Serios descalabros de las bolsas. El director bancario tranquiliza a José argumentando que su producto en ningún caso se vera afectado por las caídas.
Mes 12, Año 3: Ante la quiebra de la prestigiosa entidad internacional que avalaba el producto suscrito por José, las bolsas se desploman. Caídas del 40%.
Las ventas han crecido en la compañía en la que invirtió. Sin embargo, los bancos han recortado las líneas de crédito. Su socio le pide un pequeño préstamo para hacer frente a los compromisos con proveedores y empleados. José le presta lo ahorrado ese año.
Mes 2, Año 4: Distintos asesores proponen subidas de la tarifa eléctrica de más del 30% pues esta no cubre los costes de generación. El gobierno muestra su indignación y sólo la sube un 12%. Las eléctricas ganaron el año anterior unos 10.000 millones de euros.
Las empresas del sector toman medidas. Una de ellas rebaja un 10% la retribución del consejo que ascendía a 50 millones de euros. Su presidente se ofrece a dar ejemplo y planta su retribución total en unos 20 millones de euros. Está dispuesto a no cobrar nada más.
Otra, la ‘campeona nacional’, se vende a la empresa extranjera con sustanciosas plusvalías de miles de millones de euros para el socio nacional. Las plusvalías no tributarán gracias a un ingenioso esquema fiscal.
Mes 4, Año 4: Ante la crisis mundial, la empresa de telecomunicaciones en la que trabaja José  impone una política de austeridad total. Se plantean despidos y jubilaciones anticipadas (45 años). Además el consejo, con su presidente (60 años) a la cabeza, se ‘congela’ la retribución que había subido un 40% el año anterior hasta los €60 millones. José es despedido.
Mes 6, Año 4: Para hacer frente a su hipoteca, José pide reembolsar su producto financiero. El director le comunica que hay problemas. Probablemente ha perdido todo por la quiebra de la entidad avalista.
La situación de caja en la empresa informática es insostenible. Los contratos no se renuevan, las líneas de crédito se han cancelado y la morosidad ha subido hasta el 20% de las ventas. Recurren a financiación oficial pero no cumplen los requisitos. José presta el importe de su indemnización por despido.
Mes 12, Año 4: El banco del que es cliente José decide recortar 2.000 empleos y un 10% la retribución del consejo que el año anterior ascendió a 80 millones de euros.
Su sociedad suspende pagos. Los socios se exponen a demandas legales.
Mes 2, Año 5: El nuevo director de la sucursal de José (el anterior ha sido ascendido a director corporativo por haber cumplido brillantemente sus objetivos) notifica a José que en el plazo un mes procederán a embargarle el piso ante los últimos impagos.
Tráfico le embarga el coche por impago de diversas multas. Al mismo tiempo pierde el carnet, ya que las sanciones (por pisar rayas continuas y por supuestas manipulaciones de teléfono móvil) acarreaban pérdida de puntos.
Mes 5, Año 5: José vuelve a su pueblo de origen donde sus padres le ceden una casa vacía. Apuntado al paro, José dedica su tiempo a cultivar un huerto, educar a sus hijos, pasear con su esposa y estudiar filosofía.

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