miércoles, 5 de noviembre de 2008

Obama: ¡Mira a China!

Qué puede hacer Obama: el panorama económico estadounidense es tremendamente complicado:
la economía estará probablemente en recesión durante varios trimestres y el desempleo alcanzara fácilmente el 8%; el sistema financiero está gripado y sin un futuro claro; el margen de maniobra con los tipos de interés es escaso; el déficit fiscal podría llegar al 10% del PIB en 2009; y el déficit por cuenta corriente, a pesar de haber mejorado, es todavía superior al 4% del PIB. Con este punto de partida, y con la distribución de la renta más extrema de los últimos 50 años, el margen de maniobra de la nueva Administración para apoyar a la economía desde el punto de vista cíclico es mínimo. (...) Dado el rápido deterioro del prestigio mundial de Estados Unidos, tanto a nivel geopolítico como económico, cabe preguntarse si el resto del mundo seguirá estando dispuesto a financiar un déficit por cuenta corriente en rápida expansión. (...) La ventaja de productividad de Estados Unidos sobre Europa, basada sobre todo en el sector financiero, claramente no era sostenible.
Pero, es que con ser muy negro el panorama de EE UU, quizá el problema mayor del mundo y de Obama no proceda de ahí sino de otra región del mundo. Obama: ¡Mira a China!


El presidente chino acaba de reconocer que si el crecimiento de su país se ralentiza hasta por debajo del 8 %, "peligrará el empleo, la recaudación fiscal y el desarrollo, llegando incluso a ponerse en riesgo la estabilidad social de la nación".


hay una probabilidad cierta de que se produzca un credit crunch inmobiliario y, por ende, bancario que se lleve el sistema financiero local por delante. Si verdaderamente hay este fuego y las autoridades están dedicándose a echar gasolina adicional, la que viene puede ser de agárrate. (...) Ante el riesgo de desorden social, caben tres alternativas, a cada cual más preocupante. Una primera, la represión interior y el control absoluto de la economía que vuelve a servir al Estado y no al mercado. Posible pero poco probable. Una segunda, expansión militar mediante la adecuada identificación de un enemigo exterior. Unir al país no en sino contra un objetivo común. Un recurso tradicional que, en manos de China, podría resultar absolutamente terrorífico. Porcentaje bajo de probabilidad. Cualquier conflicto global a día de hoy tiene más visos de generar sólo perdedores y no vencedores o vencidos a partes iguales. Cosas de la sofisticación militar. Tercera y última, repliegue controlado que se concretaría en un aumento sustancial de los niveles de proteccionismo de su economía.

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