domingo, 26 de octubre de 2008

España es el quinto país del mundo con más riesgo

Pareciera que, como en una de esas películas de M. Night Shyamalan, un peligro de contornos difusos se abate sobre la desprevenida humanidad. De golpe el mundo ha cambiado y nadie está preparado para ello. En junio, el petróleo alcanzó su máximo histórico de 147 dólares, los 200 parecían inevitables. Ahora el petróleo ha caído en picado a 63 dólares por barril. Lo mismo ha pasado con los precios de minerales y productos agrícolas, que después de batir récords este año, han caído precipitadamente. Argentina, Venezuela y muchos otros países que se las prometían felices están ahora en la cuerda floja.
América Latina va a sufrir los estragos de la crisis. Algunos países emergerán del drama mejor que otros. Justamente México, Chile, Brasil, Uruguay, Colombia, por la prudencia y ortodoxia de sus políticas macroeconómicas, y la calidad de sus liderazgos, deben de salir adelante sin mucho más que raspones y moretones. Otros, como Argentina, Perú, Paraguay, los centroamericanos y la República Dominicana, se verán más golpeadas, pero al final del día, podrán sortear la adversidad. A los demás -Venezuela, Bolivia, Ecuador, Cuba-, Dios los coja confesados.
La situación de España en la actual crisis financiera internacional no puede ser peor, hasta el punto de que podemos poner el peligro la sostenibilidad del euro en un caso extremo. Así lo asegura un informe de Crédit Suisse, que sitúa a nuestro país como el quinto del mundo con mayor riesgo en la situación actual, sólo superado por Islandia, Bulgaria, Estonia y Lituania, y seguido por Reino Unido, otro de los grandes que presenta un panorama más negro. Además, el análisis de la entidad suiza considera que España necesita una brutal caída de los salarios del 20% para recuperar la competitividad perdida y que nuestra prima de riesgo (medida por el diferencial del bono español) se va a disparar.

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