domingo, 11 de enero de 2009

Los hombres duros también caen

Este hombre, Adolf Merckle, un empresario familiar que jugaba en bolsa, mientras andaba en bicicleta y vivía en un pueblo del interior de Alemania, perdió 16.000 millones. No lo pudo resistir y el pasado 5 de enero se lanzó a las vías del tren.
Su imperio: productos farmacéuticos, cementos, maderas, metales, vehículos, generadores eólicos...); 100.000 empleados, 30.000 millones de euros en 2007 de facturación. El quinto alemán más rico del país -con una fortuna estimada en 7.000 millones de euros en 2008 por la revista Forbes, el puesto 94 de la lista mundial de adinerados. Perdió apostando a la baja por los títulos de Volkswagen.

Merckle jugó con los instrumentos más sofisticados de inversión. Y perdió una fortuna. Cientos de millones de euros, según informaciones recogidas por la prensa alemana y británica.Merckle habría apostado mediante derivados a que las acciones del fabricante de automóviles Volkswagen, entre otras acciones del índice Dax, bajarían de precio. La fórmula, a falta de más precisiones, es sencilla: se compra, con poca inversión, el derecho a vender unas acciones en un plazo determinado a un precio concreto. Si las acciones caen, el inversor se embolsa la diferencia. Si las acciones suben -los títulos de Volkswagen se dispararon tras la confirmación de que Porsche, el fabricante de automóviles de lujo, trata de controlar el 75% de su capital- hay que hacer frente a la pérdida. Merckle perdió.
Las 300 mayores fortunas de Suiza han sufrido pérdidas equivalentes a 46.000 millones de euros en este año de crisis globalizada.

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